8M para vagos
No es ningún secreto que soy una feminista imperfecta. No voy a manifestaciones, dejo pasar comentarios que sé que son machistas y, en general, estoy más interesada en vivir mi vida que en conseguir “conversos” al feminismo. Es más, soy de la gente que cree que hay casos perdidos. Gente que es machista y que va a seguir siéndolo.
No importa cuantas pruebas de desigualdad les dés, cuantos datos, testimonios, o directamente que señales que acaban de ver algo machista. No importa, ellos lo van a negar. Y aquí voy a ser aún más políticamente incorrecta y decir algo que es tabú. Mucha gente que niega la desigualdad sabe perfectamente que se da. Lo niegan porque así la conversación no es ya sobre qué hay que hacer para conseguir igualdad de oportunidades, si no sobre si el “feminismo hace falta”. Es una trampa y te mienten a la cara porque ya les va bien que haya machismo.
Una vez que entiendes que hay una parte del machismo que miente y otros que se autoengañan para sentirse buena gente mientras discriminan, te das cuenta de que es una pérdida de tiempo intentar convercerles. Los vagos tendemos a notar este tipo de esfuerzos con poca recompensa, que desgastan y aportan poco.
¿Y entonces qué? ¿Vas a rendirte? No, claro que no. Pero una vez tienes claro a quién no vas a convencer jamás, puedes reorientar tu esfuerzo a quien sí puedes convencer. Y muchas veces la forma más eficaz es vivir tu vida sin que te importe mucho lo que piensen o digan esos idiotas.
Por ejemplo, ¿sabeis esa vecina soltera pasados los 40 que en lugar de vivir amargada se va de viaje con sus amigas? Esa que siempre esta haciendo cosas, disfrutando de la vida y no pierde la sonrisa. Exacto, el discurso de los machistas sobre ser solterona, estar amargada y blablabla, se va bastante a la mierda cuando las niñas y las adolescentes ven que la vecina cuarentona vive bastante mejor que la madre estresada y que tiene que recordarle a su marido que saque la basura porque ni eso.
Los niños tienen esa atención a los detalles. Y también se fijan en la mujer que va a entrenar con un kimono o la que se compra lo que le apetece porque tiene un sueldo para pagarlo. Y luego están las Kim Kardashian de la vida, estupendas de la vida y con novios en la veintena. Y eso que ella no es feminista, pero vaya, ha dejado bien claro que hay vida más allá de los 40.
Ahora a las chavalas que les cuenten que tienen que casarse antes de los 30 porque se les pasa el arroz, te van a mirar con pena porque saben de sobra que son muy jovenes y que tienen cosas más interesantes que hacer. Que si no lo hacen ahora, ya lo harán más tarde, si les apetece y ya si eso, porque tampoco es que haga falta.
Y es que en el fondo, ser vago tiene bastante de feminista. Seamos claros, las mujeres tradicionales han currado las que más, dentro y fuera de casa, se han sacrificado y siguen sacrificandose. Se espera que freguen el vater, que hagan la compra, limpien, cocinen, cuiden a los niños y a los viejos, que no se pongan malas porque entonces, ¿quién hace esas cosas? Y sin vacaciones ni jubilación, claro. A ver que os creéis, ¿que se deja de necesitar comer por estar de vacaciones o tener más de 65? No.
Y es que las feministas somos super egoistas porque no hacemos esas cosas, no nos sacrificamos para que los hombres se puedan desentender. Terrible, ¿Verdad? Pues no. Porque ya llevamos muchos años haciendo nuestras vidas y el mundo no se ha hundido. La vida sigue, a veces nos toca “pringar” y a veces le toca a nuestras parejas, si las hay. A veces a un padre o un hermano y ¡atención! ¡No pasa nada! Flipa.
Y ahí lo tenéis, se puede perfectamente ser una feminista vaga. Porque nadie mejor que un vago para cuestionar porqué te toca a ti el marrón y decir que tu tiempo libre vale tanto como el de ellos. No necesitas una excusa, no hacer nada vale igual. En darle la vuelta y que sean ellos quienes te expliquen porqué no han resuelto ellos su marrón. Los vagos sabemos instintivamente cuando un marrón no es nuestro.
Y gran parte del machismo va de eso, de los hombres soltándonos su marrón para tener más tiempo libre. No es que no lo entienda, claro. La cosa es que lo entiendo demasiado bien. Así que los “es que a ti se te da mejor” o “si a las mujeres os gusta cocinar” o “es que las mujeres sois más sensibles, más cariñosas” y así el resto de excusitas, no van a colar. El rollito de “esta en la naturaleza de las mujeres ser más [insertar cumplido reñoño]” porque “los hombres y las mujeres son iguales en dignidad y en respeto, pero complementarios” como intento de que sigamos fregando el vater y limpiando culos de viejos y niños mientras los hombre se escaquean, como que tampoco.
Hemos notado que los hombres tienen manos, acceso a youtube donde te explican como se hacen las cosas y que no dejan de repetir que son muy listos, luego nada, salvo el pasarse de listos, les impide hacerlo ellos. No hay que ser Einstein para coger la fregona, ya le pillarán el truco a qué productos de limpieza tocan. Masterchef junior ha demostrado que hasta los niños son capaces de cocinar si se lo proponen y Chicote no les va a emboscar así que si la cena no es perfecta no pasa nada. Qué diablos, si Chicote me visitase, sería de las que lo pasan mal.
En fin, que si eres de las que pasan de manifestaciones o grandes gestos, sigue habiendo algo muy feminista que puedes hacer y es escaquearte. Dile al churri que prepare hoy la cena y, ya puestos, también mañana. Haz el vago, deja a los niños con su padre sin preparaciones previas, date un capricho porque ¿por qué no? Trabajas duro y te lo has ganado.
Y atreveté a hacer eso que siempre te a apetecido pero que no has hecho por falta de tiempo/a ver qué dicen/es de marimachos/¿y si no soy buena? ¡Basta! A la mierda, hazlo y ya. Al principio serás torpe y luego ya se verá. Lo mismo eres una crack o lo mismo simplemente te diviertes.
En fin, que parece que entre guerras, violaciones, brecha salarial, maltrato, esclavitud sexual, explotación y cientos de otros temas serios, reclamar tiempo y dinero para tus cosas es una fribolidad. Pero no hay nada más feminista que reclamar el derecho a ser imperfectas, porque las mujeres somos personas. Y las personas somos imperfectas. Y qué diablos, con tanta lucha, terminas agotada. ¿Qué menos que descansar para recargar pilas?
Así que ya sabes, si no eres mucho de manis, aún puedes celebrar el 8 de Marzo. Haz el vago, se irresponsable y pásale el marrón a algún hombre. Así, sin remordimientos, ni complejos. ¿Por qué no? Total, ya te consideran feminazi por no querer que te violen y te maten. Ponles en mute y a vivir, tan fácil y tan difícil.