Buenos días,
Efectivamente. El café es muy necesario. Y reconozco que últimamente estoy política, lo que puede no ser del gusto de todos. Sea como sea, el mensaje se puede resumir en que tratar a un ilegal (como soy políticamente incorrecta le llamaré gorrón) sale más barato que dejar que se monte en el metro, se cruce con unas 30 personas (Estimación conservadora, puede cruzarse con cientos de personas en un espacio cerrado…) en el camino a su trabajo sin contrato, se lo pegue a unas 8, de las que, tal vez, otras 2 sean también ilegales. Y tengamos a 6 personas legales a las que sí tendremos que tratar que se pillen baja. Por ahorrarte el tratamiento de 1, pagas 6. Lo que sale mucho más caro.
No sólo eso, muchos inmigrantes ilegales son señoras de la limpieza o cuidan a ancianos por horas. Lo que en un inmigrante ilegal joven y sano se pasa en una semana, en un viejo de 80 puede suponer un ingreso en el hospital. No exagero, lo que para alguien de 20 o 30 es un resfriado, para alguien de 80 que ya tiene problemas de salud puede ser una neumonía. Y hay gente que se muere de eso.
Llegados a ese punto, prefiero pagar el tratamiento de los gorrones, que ponerme mala, pagar por varios cotizantes que podrían seguir sanos y enterrar a algún abuelo.
Eso si, si la cosa va de ahorrar dinero al estado, tal vez no sea tan mala estrategia para ahorrarte pagar pensiones. Si los viejos se mueren, rollo “Fuga de Logan”, dejas de pagarles* (Asumiendo que los familiares no oculten su muerte para seguir cobrando la pensión) y no es descartable que nuestros queridos políticos tengan exactamente ese plan (en japón ya hubo un ministro que se quejó que la gente vivía demasiado). A mí eso me parece terrorífico, pero imagino que siempre habrá quien apoye esas cosas porque creen que a ellos “no les pasará”. ¿Instalarán cabinas de suicidio? ¿Admitirán créditos con los órganos como garantía como en Repo!?
En fin, ya vivimos en una distopía.