Creo que en todas las generaciones se viene a decir algo parecido. Que si la juventud esto y aquello. En la práctica creo que gran parte del problema es que el clásico “haz lo que digo pero no lo que hago”. Queremos que los jóvenes se comporten de una manera (que además muchas veces es contradictoria) y cuando ejercen su individualidad y hacen lo que ellos consideran que esta bien pero que a nosotros nos viene mal, nos quejamos.
No hay más que ver a Greta Thunberg. Cuando un joven se toma en serio el ecologismo y señala la obviedad de que si priorizas el largo plazo y no destruir el planeta tienes que asumir menos el crecimiento económico a corto plazo, la critican. Porque quienes se benefician del crecimiento económico a corto plazo tienen más poder que ella.
Y parecido con otros valores. Los jóvenes no son tontos o ilusos. Tampoco es exactamente que les falten valores, los tienen. Pero toman esos valores y la información que tienen y llegan a conclusiones distintas.
Y si, eso aplica también para los que hacen cosas terribles como las violaciones en grupo. Si a los chavales les enseñas que las mujeres son tontas y que lo que dicen no hay que hacerles caso, luego les enseñas que las mujeres son “todas putas”, que “cuando dicen no en realidad quieren decir si”, “que hay que ponerlas en su lugar”, minimizas lo grave que es la violencia y así una detrás de otra, pues ellos sacan sus conclusiones. Y en su cabeza ellos probablemente eran “radicales=molones”, luchadores contra lo “políticamente correcto” y contra “la tiranía de la ideología de género”. Así que no entenderán porque ahora los que les han transmitido esos valores se vuelven contra ellos. ¿Acaso no han hecho lo “lógico” cuando crees todo lo anterior?
Sumale el choque de valores entre progresistas y, llamemosles, tradicionales. Luego añade que las “promesas” sociales tipo “el sueño americano”, “si te esfuerzas y trabajas duro puedes progresar”, “estudiar te permitirá tener un buen trabajo”, “trabaja y ahorra para comprarte una casa” y así unas cuantas cosas que para muchas personas no se han cumplido y que hoy son claramente falsas promesas. Pues dependiendo de si te toca en el lado más favorecido o en el perdedor, puedes tener gente que quiere proteger su situación privilegiada a toda costa y gente frustrada.
Los jóvenes ven todo eso y en función de eso deciden. No es ninguna sorpresa que después de los “JASP” (chavales que trabajaban y estudiaban a la vez para encontrarse con que sólo les ofrecían trabajos mileuristas”) aparecieran los Ninis (ni estudio, ni trabajo, ¿para qué, si no me va a servir de nada? Mejor me lo paso bien ahora y ya veré que hago después).
El error está en pensar que la única información que los jóvenes tienen es la que les damos de forma directa, cuando observan la realidad y piensan por si mismos.
Dicen que en una conversación solo el 7% de la información se atribuye a las palabras, el 38% es la voz y el resto lenguaje corporal. No debería sorprendernos que muchos chavales pillen cosas que no queremos que pillen, pero que siguen ahí.
De modo que si ves “perdidos” a los jóvenes, pregúntate, ¿qué es lo que realmente ven? Porque puede que el mensaje que les llega de nosotros no sea el que nos gustaría y suelen ser muy buenos captando la hipocresía social y reflejandola en nosotros. Sólo lo digo.