La izquierda cancela y la derecha censura

Elisa Mariño
4 min readOct 10, 2022

--

Como vivimos en una sociedad capitalista donde la razón te la da la pasta, alguien decidió que “No con mi dinero”. Dicho de otro modo, como consumidores libres decidieron no consumir a empresas o personas con valores distintos a los de ellos. Desde un punto capitalista la lógica es impecable: es su dinero y lo gastan como les da la gana.

La práctica gustó especialmente a la izquierda que popularizó el consumo ético y la derecha decidió hacer caja con ello cobrándote más. Aunque de vez en cuando había acusaciones de hipocresía y de campañas publicitarias para lavar la imagen de alguna que otra empresa, parecía que como la izquierda había encontrado un modo de protesta 100% capitalista, todo estaba bien.

Hasta que la misma lógica empezó a aplicarse al entretenimiento. Cine, series, música, libros, cómics. Los progresistas estaban cansados de consumir “el último héroe” y empezaron a pasarse a “Buffy cazavampiros” o “Blade”. Peor, de pronto el asuntillo de la hipocresía también se aplicaba a los directores e interpretes en lo que la derecha empezó a llamar “cancelación”. ¿Quién hubiera supuesto que la izquierda dejaría de seguir rollo fanboys y fangirls a un cómico sexista o una actriz transfoba y antisemita?

A mi lo que realmente me sorprende es que no se viera venir. En realidad la lógica de la cultura de la cancelación es exactamente la misma “No con mi dinero”. No les gusta algo y no lo ven, punto pelota. Fijaos que la izquierda no pide que se censure, pide que se cancele.

¿Y qué es cancelar? Pues es en esencia que una película, serie o lo que sea no tenga suficiente público para ser rentable. Ya, lógica capitalista a tope. Qué diablos hay series de ciencia ficción canceladas por el mismo motivo mientras seguimos con temporadas infinitas de walking death porque a la gente le sigue gustando. Vamos, que la izquierda no está censurando nada, simplemente han decidido que “no con su dinero” y que a otra cosa mariposa.

Pero cuando se trata de cine, de series o música, la derecha ha decidido llorar y protestar por censura porque, en su cabeza, deben creer que tienen derecho a que no cambiemos de canal y que paguemos por ver lo que ellos decidan. De pronto, el capitalismo no es tan bueno para darle a los consumidores lo que quieren.

Es más, a la derecha le fastidia tanto el que la izquierda decida qué productos culturales consume, que recurre a la censura. Literalmente censura. Y así, les tenemos pidiendo que se cancelen conciertos por ofensa a los sentimientos religiosos. El concierto de Zahara en toledo, la denuncia por el coño insumiso, las denuncias a Willy Toledo por cagarse en Dios, meter a unos titiriteros en la cárcel, la cancelación del concierto de Samantha Hudson

La ironía es que esa gente tiene su público que hace rentable que actúen. En realidad hay bastantes puntos de que sea el mismo público que cambia de canal cuando ponen toros. Que es otra cosa que se habría cancelado de no ser por las subvenciones porque su público no esta dispuesto a pagar el precio completo para que sea rentable. A ellos no les mola el capitalismo y, en esencia, creen que tienen derecho a tu atención y dinero.

Y ya puestos a hablar en nuestro nombre diciendo que “el contenido de sus canciones ataca y ofende gravemente los sentimientos religiosos de todos los católicos y la figura de la Virgen”. Pues mira no. Resulta que en España hay católicos gays incluida Samantha. Hay bastantes puntos de que esos no estén ofendidos. Y habrá muchos católicos practicantes y no practicantes que tampoco se ofenderán por una canción.

Así que animo a la derecha a que en lugar de censurar e intentar prohibir las cosas para todos, que simplemente cancelen. Que digan, “No con mi dinero” y a otra cosa mariposa. O a los toros, que ya nos iría bien que se los pagasen ellos solos en lugar de mamar de la teta del estado.

Ups, he dicho teta y sin canción pegadiza de por medio. Ahora podría quejarme de cancelación. O también podría asumir que no tengo público. Qué cosas ¿no? Pero Rigoberta, Zahara, Willy y Samantha si que lo tienen, incluso entre los católicos. Y a ellos sólo tengo una cosa que decirles:

--

--

Elisa Mariño
Elisa Mariño

Written by Elisa Mariño

Fiction is the art to tell lies to show truths. Politics is the art to use truths to tell lies.

No responses yet