Mercado Imperfecto: Brecha generacional
Durante décadas hemos escuchado eso de que el mercado es perfecto y se regula solo. La gente lo repite y a veces hasta se lo cree. Como suele pasar, la mayoría de los que lo dicen se han olvidado de las 10 premisas que se deben cumplir para que el mercado sea perfecto y se regule. Pista: en el mundo real no se cumple ni una. Buscadlas y lo veréis.
El mercado es jodidamente imperfecto y los que lo saben, suelen presionar para que sea aún más imperfecto. A su favor, claro. Y es que cuando un error juega a tu favor, ¿por qué ibas a querer arreglarlo? Si la ruleta siempre para en cero y sólo tu puedes apostar ahí, ¿la arreglarías? Claro que no.
Pues eso es el mercado laboral. La gente que necesita trabajar, no tiene otro modo de generar ingresos y, sin eso, se muere. Los que contratan, tienen para elegir (más o menos) y puede usar su ventaja para presionar los sueldos a la baja. De ahí que la legislación laboral haya intentado parchear el problema con cosas como el salario mínimo o la indemnización por desempleo.
¿Y qué hemos oído sobre el tema? Pues lo típico:
- Abaratar el despido reducirá el paro: si miras las estadísticas tras la reforma de Rajoy veréis que subió.
- Subir el salario mínimo aumentará el paro: resulta que el paro bajó incluso con crisis y pandemia.
- Los salarios de los funcionarios son demasiado altos: llevan congelados décadas, son los salarios privados los que han bajado y no son competitivos.
Y ahora el último mantra: La brecha generacional. Porque tras asegurarse de que los salarios bajasen y bajasen, han conseguido que estén por debajo de las pensiones. Naturalmente a quienes se culpa no es a quienes ofrecen salarios bajos, claro que no. La culpa es del gobierno, por revalorizar las pensiones. Claro que sí, si no las hubieran revalorizado, no existiría la brecha… y todos estaríamos en la mierda. Excepto los ricos, los que pagan salarios serían incluso más ricos.
Aquí el drama es que haya señores con 5 millones de patrimonio que tengan que pagar impuesto de patrimonio, no que haya pensionistas que no podían pagar la calefacción en invierno o jóvenes que saben que vivirán peor que sus padres.
La solución de los “think-tank” y el martilleo de los medios es quitar todos los impuestos y facilitar los despidos para que los jóvenes tengan que tragar con sueldos bajos y contratos abusivos porque así, cuando todos menos unos pocos estén puteados, bueno, podrán señalar que es que todo el mundo está igual* (excepto ellos, claro). ¿Qué se le va a hacer?. Y la culpa naturalmente será del gobierno “social-comunista”, Venezuela y cualquiera que no tenga patrimonio de 5 millones de euros por no arrimar el hombro.
Si es que los jóvenes de ahora son vagos que no quieren trabajar y los viejos solo se preocupan por sus pensiones… O también podría ser que la distribución desigual de la riqueza es ineficiente y que los rentistas deberían moderar sus ingresos.
Efectivamente, en el “mercado perfecto” resulta que además de la “moderación salarial” que tanto les gusta, existía la moderación de dividendos. O moderación de rentas de capital. Ese es el ajuste que esta pidiendo incluso este mercado no tan perfecto. Pero algunos no se quieren dar por aludidos.
A lo mejor, el gran problema no es tanto la brecha generacional, si no la brecha capital-trabajo.
Si tanto les gusta el mercado, ya va tocando que asuman no sólo la subida de salarios, si no la redistribución de la riqueza para que funcione. Porque en el mercado perfecto, supuestamente pasa esto:
Traducción: los dueños de la empresa no influyen en tu salario (precio del trabajo). Alucina con la fantasía, ni las princesas Disney se flipan tanto. De vuelta al mundo real, celebraré que a mis abuelos les suban la pensión incluso si yo no llegaré a cobrarla porque prefiero que se queden ellos la pasta a unos fondos anónimos que jamás me han felicitado el cumpleaños, mucho menos cambiado los pañales o cuidado cuando estaba enferma.
Y con los fondos no es una brecha, es el jodido abismo que te mira de vuelta para reírse en tu cara.
Eso sí que es un problema.