Olona vs Abascal

Elisa Mariño
3 min readSep 19, 2022

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¡Que te pego, leche!

Olona dice que es como un toro deseando salir a la plaza. Lo malo es que la mayoría de toros que salen a la plaza terminan muertos, así que no esta claro si se pensó bien la metáfora.

El caso es que después del camino de Santiago exprés y una conferencia en la universidad de Granada para hablarnos de nuestros derechos* (excepto si eres mujer, gay, transexual, no blanco o pobre), ha dejado caer que ella nunca abandonó Vox. Y la implicación está bastante clara:

A Olona la han echado.

Peor, la han echado después de hacer el trabajo sucio de Vox. Después de ser la matona del congreso que a falta de argumentos gritaba e insultaba más que nadie. De hacerle la campaña electoral a Gallardo con videos “cañí” en los que votantes de Vox explicaban que no se harían una foto con Irene Montero porque no les gustaban sus tetas (aun no tengo claro sobre cómo eso nos iba a convencer de que no son machistas). Después de sus coloridos cosplay con vestidos de sevillanas y aprenderse la receta del gazpacho, de empadronarse en Salobreña pese a que su casa y su trabajo estaban en Madrid. Después de darlo todo, van y la echan.

Y aquí podríamos pensar que la han echado por perder las elecciones de Andalucía, pero Ortega Smith tuvo unos resultados mucho peores y ahí sigue. A Olona le tenían ganas.

No es ninguna sorpresa que en el partido de “no soy machista pero…”, donde consideran a sus mujeres “casi” tan listas como los hombres, estuvieran buscando una escusa para cortarle la cabeza a Olona y echarla. A fin de cuentas, Olona había abandonado su papel de “Pitufina” para hacerles sombra al Marqués Espinosa de los Monteros o al propio Abascal y eso en Vox no les gusta un pelo. De hecho ya relegaron a Rocío Monasterio a un segundo plano cuando empezó a ser más popular que su marido.

Lo que si ha sido una sorpresa es que Olona se haya salido del guion, primero para hacer un camino de Santiago que les recordase lo popular que es entre el público de Vox. Luego la conferencia en la universidad de Granada y decir abiertamente que no se fue (lo que implica que la echaron).

Por su parte, Santi va por ahí diciendo que Olona “ya contará si deja la política o si vuelve y se afilia a Vox”, como si Olona fuera una pringadilla que tiene que volver arrastrándose y empezar de cero en la bases. Ya claro, y yo que me lo creo.

En Vox están tan acostumbrados a que Olona se parta la cara por ellos que no se han planteado qué pasaría si se la encuentran de frente. Claro que un nuevo partido encabezado por Olona y los disidentes no tendría mucho recorrido, pero en el PP estarían encantados de recuperar parte de los votos de Vox.

De hecho Olona ya ha dado un toque de advertencia para Abascal “No va a crear su propio partido, pero está para andar por España”. Pista para despistados: Toni Cantó no es el único que puede cambiar de chaqueta y el PP tiene su propia ala dura.

No sé que ases en la manga se guardará Santi, pero más vale que sean buenos o que esté dispuesto a bajarse los pantalones, porque no pinta que Olona vaya a desaparecer y si bien no pega nada con la imagen moderada que quiere proyectar Feijóo, no me cuesta imaginarmela de cañas con Ayuso:

“¿Qué no hay huevos a subvencionar los ferraris? ¿Ofrecer terapias de conversión en la sanidad pública? ¡Sujetame el cubata!”

Si Santi cree que se va a librar de Olona fácilmente, lo lleva crudo. Olona era su perro de presa, sin ella ¿detrás de quién van a esconderse? Olona no caerá sin derramar sangre. Que twitter les pille confesados.

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Elisa Mariño
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Written by Elisa Mariño

Fiction is the art to tell lies to show truths. Politics is the art to use truths to tell lies.

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